No volveré a entrar en tu despacho para saludarte a ti o a tus serpientes
No volveremos a charlar sobre el tiempo, trivialidades o cualquier otra cosa.
No volveremos a competir por coger primero el Jueves los miércoles (siempre me ganaste)
No podre volver a intentar convencerte de que actúes con nosotros en la casa del terror.
Desde que tengo memoria has estado en la casa, Benito. Tu legado permanecerá y te recordaremos.
Adiós Director.
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