domingo, 16 de octubre de 2011

Hablando de pequeños placeres.

A menudo se ha dicho que la felicidad no se basa en grandes placeres, si no en una sucesión de pequeños momentos que alegran la vida. Supongo que el que dijo eso no ha estado nunca en un jacuzzi en una suite de Las Vegas rodeado de mujeres y con maletines llenos de dinero a su alrededor (yo tampoco, para que engañarnos) así que creo ese pensamiento para sonreír ante el panorama que tenemos la mayor parte de la población. Pero que demonios, voy a darle una oportunidad e intentar hablar un poco sobre esos pequeños placeres que nos alegran.

Empezare con aquellos que se practican cuando estamos solo en casa. Para la mayoría de la gente Solo en Casa no es el titulo de una película, si no el preludio a una serie de reuniones en casa con amigos y fiestas dotadas de contenido alcohólico y música no tan ligera sonando de fondo. Para los mas suaves están siempre las opciones de montar pases de cine, partidas de rol (mis favoritas) y otro tipo de actividades. Alguna de esas cosas he hecho, pero algunas de mis actividades solo en casa se realizan en solitario, y se basan en maravillas como usar el baño con la puerta abierta (Y me encanta!!!!!!) o pasearme en calzoncillos por casa y bailar:
Por fortuna para aquellos seres dotados de ojos no existe ningún tipo de registro pictográfico de esa secuencia interpretada por mi, pero os podéis hacer una idea.
También esta el gran placer de que puedo dormir en la cama grande y estar como un señor.

¿Una secuencia evocadora verdad? Este es el placer que obtienes por ejemplo llegando a casa a las 4 de la madrugada con un frió orensano nocturno y meterte debajo de un buen surtido de mantas. Si eso no es un pequeño placer de la vida, no se que puede ser.
Y por ultimo, hablar de un placer que una gran mayoría de mis amigos y conocidos comparten y es el placer de la lluvia. No hablo de salir a la calle y empaparse. No digo que esto este mal. Os lo dice alguien que tras 4 meses de embarque en un remolcador ha redefinido el concepto lluvia y no suelo abrir el paraguas por unas gotas, pero me estoy desviando. Yo me refiero al placer de estar en casa y ver y sobre todo, oír la lluvia. Es algo que mi fragmentada mente encuentra sedante. Recientemente he conseguido formas de experimentarlo y  Aquí podéis sentirlo.
Ciertamente estoy de acuerdo tras escribir todo esto. Estos detalles y pequeños placeres son lo que hace a uno feliz (pero aun así sigo queriendo meterme en el Jacuzzi).
Espero que hayáis disfrutado. Me vereis de nuevo la próxima vez que mi mente cree algo minimamente decente para leer.